sábado, 28 de febrero de 2009

¡CUBA, CAMBIO YA! Mañana en New York


Para más información: blog Belascoaín y Neptuno (Alexis Romay)

domingo, 22 de febrero de 2009

Carta de un paleto de aquí á un paleto de allá.

Emilio Bobadilla y Lunar (1862-1921) más conocido por su nombre de pluma: Fray Candil. Caricatura de Cilla para el Madrid Cómico, año VII, 22 de octubre de 1887, n° 244.
Mi querido tío Juan: me alegraré que al recibo de ésta se halle usted tan bueno como yo para mí deseo. Su última carta, que usted le dictó al cura, me ha alegrado mucho. Por ella sé que toda la familia goza de salud. Aquí no somos tan religiosos como allá. Usted todavía cree en la Virgen de Covadonga y va á las fiestas de San Isidro. ¿Se acuerda usted, tío, cuando nos revolcábamos en la Pradera como cerdos? Verdad que yo voy civilizándome. Soy Conde (¡asómbrese usted, tio!) y figuro en primera línea entre los de mi partido. Este es el gran país. En Indias se hace dinero por castigo, sin ayuda de la Virgen de Covadonga. Me recuerda usted en su carta los tiempos aquellos en que yo ayudaba á dar vueltas á la noria del pozo. Agrega usted que la burra torda se ha muerto. Lo siento: pero no vale cosa, ni merece que usted se aflija. Burras hay muchas, y burros... ¡Virgen santa...! ¡Si usted supiera, tío, los burros que hay en mi partido, empezando por mí!
Pronto tendré el gusto de darle un abrazo, si salgo deputado, que lo espero. ¡Yo deputado, tío ! ¿Qué le parece á usted? Pregúntele al cura lo que quiere decir la palabra deputado. Y hablaré en las Cortes hasta por los codos, y votaré un presupuesto que aplaste. ¿Pero no sabe, tío, que soy orador? He hablado cuatro o cinco veces, y he citado á Pelayo, á Vazquez Nuñez de Balboa, (citas que he tomado del Diario de la Marina) y me han aplaudido á rabiar. Soy un presonaje como dicen en la aldea. Me pongo casaca y fraque y chistera; concurro á las recepciones del Capitán General y al tiatro. ¡Si usted me viera, tío, con guantes y corbata blanca! ¿Y cuando voy al tiatro? Todo el mundo me dice : – ¡Salud, Conde! – Cuéntela usted todo esto á la tía Maruja que ella gozará mucho porque sé que me quiere. Me he acordado muchas veces del capítulo aquel del Quijote en que Sancho disputa con su mujer Teresa Panza á propósito del casorio de Marí Sancha.
Yo he leído el Quijote. ¿Qué se figura usted?
He visto á Mazzantini en la Plaza de Toros.
Es un gran torero y un chico guapo, si les hay. Todas las noches voy á Tacón (uno de los teatros más grandes de América, y el más sucio) (I), á ver á Sarah Bernhardt. Sufro mucho, tío, porque yo no sé francés. Entra un amigo en el palco y me dice: – Bon ami, bona nit. – Como si me dijera: Ven á mi, bonito. Y yo contesto muy serio: – Tre bien, madama. – Nadie habla más que francés. Sarah Bernhardt, francés ; el público, francés. A cada momento me figuro que me están mentándome la madre. Cuando alguno me saluda de lejos le contesto á regañadientes : – La tuya, – por si acaso.
Mi elemento es la política y por la política he subido. La política de aquí no es la política de Ingalaterra que tanto citan los autonomistas. ¿Quiere usted medrear haciendo política en Cuba? Pues grite usted: – Ante todo soy Español, y todo lo que no sea España y sus derivados no lo quiero por mi casa. Usted es un separatista; usted no tiene derecho más que para ver, oir y callar. ¿Quién descubrió la América? Nosotros. – ¿Quién civilizó la América? Nosotros. – ¿Quiénes fueron vuestros padres? Nosotros. – Y al que se desmande componte y tente tieso. – ¿Sabe usted lo que es el componte, querido tío? El componte es… La guardia cevil que se lo enseñe.
Que me lleven los demonios si creo en nada de lo que digo. Pero, tío, eso es lo que produce, y en Cuba no circulan las calderillas. Pero ya nuestra maruga no suena. Ya el grito de ¡Viva España! no enardece los corazones leales. No le extrañe á usted, tío, esta mi franquesa. Alguna vez había de hablar con el corazón, ya que casi siempre hablo con el estógamo. Soy, como quien dice, un ventrículo.

Primera página de Escaramuzas (sátiras y críticas), publicado en Madrid en 1888 por la Librería de Fernando Fé.
Esta es una tierra excelente. Los hijos del país son muy simpáticos y, sobre todo, muy despilfarradores. Todo lo que tienen se lo gastan con las mulatas ó en los gallos. Ellos se figuran que nosotros le odiamos. Y no hay tal cosa. Pero la onza de oro ¡tiene un brillo tan hermoso !
Le mando á usted media docena de cajas de azúcar y un millar de tabacos de los buenos, de los de mi vega, y le giro una letra de cien duros, como regalo de año nuevo. Acéptelos usted, tío, como un recuerdo de su sobrino que no le olvida. ¿Quien había de decir, tío, que aquel rapaz, que desgranaba, a la luz de una bujía, el trigo, andando el tiempo, había de llegar á ser conde? Mi trabajo me ha costado. ¿Sabe usted las amarguras que yo he sufrido? Entré, como usted sabe, de dependiente en una bodega. Poco a poco, bautizando el vino con más nombres que tiene el calendario, y añascando lo que podía, y vendiéndolo de contrabando, todo, entre palabras injuriosas y privaciones, he llegado á ser lo que soy.
Más tarde, cuando estallo la guerra, especulé con la ración del soldado, del pobre soldado que derramaba su sangre en defensa de la patria. No le digo nada de la trata de negros. Los negros me han hecho blanco. Me casé y tengo cuatro hijos, criollitos todos y monísimos. Tío, créame usted, no se puede ser intransigente cuando se tienen hijos. ¡Qué lucha! Yo, integrista rabioso, y mis pequeñuelos criollos. ¡Se arma cada zalargada en la mesa á la hora de comer !
Integrista vale tanto como odiador de Cuba… ¿Y qué nos han hecho, tío, los criollos? Ellos nos quieren; ellos son buenos, como buenos somos nosotros los integristas, cuando no nos tocan al bolsillo. Tronamos contra la autonomía, no porque la autonomía sea mala, sino porque la piden ellos. Los catalanes piden lo mismo y nadie les tacha de separatistas. El día en que no quede una caña en los campos de Cuba, entonces no habrá integristas. Por estas, que son cruces. La España de aquí es muy distinta a la España de allá. Los criollos que vienen de Madrid hacen grandes elogios de los españoles de la Península. Nos pasa, cuando atravesamos el mar, lo contrario que al tabaco. El tabaco se bonifica y nosotros nos maleamos. La propaganda autonómica nos está haciendo daño. Hay muchos peninsulares que se han pasado á los autonomistas.
Nada, tío, que se nos acaba el jaleo. Por mi ya se podía haber acabado hace tiempo. Yo ya he hecho dinero. ¿Qué me importa que se hunda la Isla con tal de que no me coja el hundimiento?
Mañana se me antoja ir a cualquier parte, á París de Francia, por ejemplo. ¿Quién va a hecharse a averiguar si el dinero que tengo lo hice de buena o de mala manera? ¿Quién conoce este villorro ? Hable usted en París de Cuba. Como si hablara usted de mí, y eso que soy conde, y tres más.
Colón descubrió la América para que la explotasen los de mi calaña. ¡Ah! si Colón no descubre la América, á estas horas estaría yo todavia dando vueltas a la noria. Aquí, tío, se coje sin peligro de ir á la cárcel. Pero la cosa se va poniendo fea.

Hay algunos empleados de la Junta de la Deuda en chirona. Y lo peor es que ya no vale aquello de: – ¡Viva España! – Bueno, ¡viva! – dice la policía; pero á la carcel. – Verdad que a los pocos días le ponen a uno en libertad, bajo fianza.
Al primo que usted me recomienda lo haremos empleado, ó le suprimo los tabacos al menistro. ¡Y que no son pocos los tabacos que le mando al menistro! ¡Vaya con el menistro que se fuma cada breva tamaña! Lo malo que el primo no sabe escribir, pero ¡qué diantre ! yo tampoco sé escribir a derechas.
De mi partido los más no saben escribir. Somos como los soldados chilenos que figuran en Los Sobrinos del Capitán Grant. (Comedia, tío, muy popular en América). Y discutimos con los liberales y les ponemos de oro y azul. Ellos nos citan autores y libros, y nosotros le citamos al Cid, y á Daoiz y Velarde, y al Gran Capitán y Guzmán el Bueno, etcétera.
Nosotros les llamamos los intelectuales y ellos nos apodan eleuterios. Pero á la hora del escrutinio (que se lo explique el cura, tio), nosotros sacamos más votos que ellos. ¿Conoce usted á Vergez, tío? Es deputado por nuestra circuncisión, como dicen en La Gran Vía. (Zarzuela, tío).
Tenga usted influencias, tío, que el saber de nada vale. Sea usted amigo de los que manejamos el pandero; haláguenos usted y pida por esa boca. No le hablo de la literatura, porque usted no me entendería ni yo sé una palabra de eso. Aquí hay muchos periódicos. La Lucha es el único que nos entiende y el que sabe zurrarnos la badana. El País no nos toma en serio y discute. La Lucha nos trata de tú y se ríe de nosotros. El día en que San Miguel (ese gran farsante) se muera, será un día de regocijo para los hombres que defendemos la integridad en las Antillas. Ese maldito catalán nos trae á maltraer. ¡Como que no nos conoce y nos da cada paliza!
Adiós, tío. Memorias al tío Joaquín y á doña Nicomedes y usted disponga de su sobrino que le quiere de veras y no le olvida a pesar de la distancia,

El Paleto de Indias.

Por la copia,
FRAY CANDIL.

Habana, Enero de 1887.


(I) Nota del copista.

domingo, 15 de febrero de 2009

Las voces ocultas del Palais Garnier

La Opera Garnier, 1911. © BNF /Agence Rol.

Dejar una huella para las generaciones futuras fue, y aún es, una precupación del ser humano en su afán de memoria histórica. Recientemente se han rescatado de las profundidades de la Opera Garnier de París, una serie de urnas de cobre depositadas en 1907, con la cláusula de ser abiertas cien años más tarde. Dichas urnas atesoraron durante un siglo las voces y la armonía del quehacer artístico-musical del comienzo del siglo XX, marcando un hito en la conciliación entre las ciencias y las artes o más exactamente, entre la música y la tecnología.


Fotografía oficial de la ceremonia de 1907. © BNF
La aventura tuvo su principio cuando Alfred Clark, gran industrial estadounidense y presidente de la compañía francesa del Gramófono, pidió al director de la Opera de París, Pedro Gailhard de ayudarle a grabar las mejores voces líricas del momento. El director de la Opera, entusiasta con tal proyecto, aglutinó a los mejores tenores, contra-tenores, barítonos, sopranos y contraltos que con gozo prestaron sus voces en una experiencia que los conduciría a la inmortalidad. Es así que el 24 de diciembre de 1907, en las entrañas del «Palais Garnier», tiene lugar la ceremonia de inhumación de veinticuatro discos, presentados como el embrión de un museo de la voz. En un acta escrita por el ministro de la Instrucción Pública, Aristide Briand, comunica la voluntad del donante que dichas urnas no sean abiertas hasta pasado cien años y bajo los siguientes términos:

« […] con el fin de revelar a los hombres de esa época :
1° cuál era el estado de las máquinas hablantes, aun hoy día, casi a sus comienzos, y sobre todo, qué progresos hubieran mejorado esta maravillosa invención durante el curso de un siglo;
2° cómo eran entonces las voces de los principales cantatantes de nuestro tiempo y qué interpretación ellos daban de algunos de los pasajes más célebres del repertorio lírico y dramático


Urna n°1 de 1907 y la urna n° 3 de 1912 que fue quebrada. © BNF
Bajo esos términos, Alfred Clark obtuvo de la administración de Beaux-Arts, la autorisación de instalar en los subsuelos de la Opera de París, una sala perfectamente impenetrable en la cual se instalaron un gramófono y dos urnas de cobre con aspecto de grandes ollas de presión, en las que fueron colocados a manera de sandwiches y entre placas de vidrio los veinticuatro discos de Mr. Clark. Cada urna disponía de una pequeña válvula que permitió poner al vacío su contenido y así evitar la acción nefasta del aire.
En junio de 1912, Clark realizaría una segunda donación, incorporando a las ya existentes, dos nuevas docenas de discos y un gramófono situado en una urna más grande que garantizara la posibilidad de reescuchar los discos, pese a los inevitables cambios tecnológicos venideros.

Richard Wagner, Lohengrin, Acte III, Récit du Graal : "Aux bords lointains dont nul mortel n’approche", Paul Franz, ténor, avec accompagnement d’orchestre. Gramophone 032212 – Grabado en 1911. Charles Gounod, Faust, Acte III, Sérénade : "Vous qui faites l’endormie", Méphistophélès: Pol Plançon, basse, avec accompagnement d’orchestre. Gramophone 032048 – Grabado el 23 de enero 1906. Ludwig van Beethoven, Symphonie n° 6 en fa majeur Op.68 « Pastorale » I. Allegro ma non troppo, Musique de la Garde Républicaine. Gramophone 030110 – Grabado en 1911. © BNF
Durante los trabajos de restauración de la Opera entre 1989 y 1990, se constata que dos de las urnas habian sido quebradas y es entonces que se le confían a la Biblioteca Nacional francesa para que proceda a su abertura en 2007. La operación es encomendada al Centro de investigación y restauración de los museos de Francia temiendo la probable presencia de amianto, confirmada ésta en el momento de la abertura de las urnas. En septiembre de 2008, en los espacios del departamento del Audiovisual, condicionaron un local rigurosamente conforme a las normas legales de impermeabilidad. Las urnas fueron sometidas a una depresión del aire y fueron abiertas únicamente dos de entre ellas: una de 1907 y otra de 1912. El 17 de septiembre de 2008 es extraído finalmente el primer disco. Se trataba de un disco de una sola cara de 25 cm de diámetro y una etiqueta manuscrita, todo en un excelente estado de conservación. Más tarde se realizaría una lectura analógica y una reproducción digital.
Del 18 al 23 septiembre, el contenido de las dos urnas es íntegralmente extraído. De la urna correspondiente al año 1907, fueron retirados doce discos de un diámetro de 25 cm de las marcas Gramophone Pre-dog y Zonophone, un diafragma Gramophone Exhibition de fabricación estadounidense, una caja de agujas de metal «Melba needles» y un ejemplar de piezas musicales manuscritas, depositadas igualmente en la época dentro de un cilindro de latón. Por otra parte, de la urna de 1912, fueron sacados doce discos de 30 y 25 centímetros, algunos con la marca de «La voix de son maître». En este segundo conjunto, mucho menos condicionado que el anterior, algunos ejemplares sufrieron roturas y rayaduras a causa del quebrado de las placas de vidrio entrepuestas entre ellos.


Los discos tal y como se encontraban en la urna n° 1 en el momento de su abertura y la recuperación de la urna n° 4 (1912) por los técnicos de Sobaten, en coordinación con el C2RMF y el departemento del Audiovisual de la Biblioteca Nacional de Francia, París, 17 de septiembre de 2008. © Foto: David Cueco/BNF.

Hoy, este tesoro sonoro limpiado y recuperado en ficheros digitales, podemos disfrutarlos en buena parte en la exposición virtual Les voix ensevelies que la Biblioteca Nacional Francesa nos propone en su página web. Todo esta listo para escuchar y asombrarse del camino recorrido en términos técnicos y estéticos de la edición fonográfica desde sus inicios. Ahí están las voces ocultas de una sexagenaria Adelina Patti, de Emma Calvé, Marguerite Mérentié, Julia Lindsay, y Nelly Melba; escoltadas por los timbres de Francesco Tamagno, Enrico Caruso, Jean Noté, Maurice Renaud, Hector Dufranne, y muchos otros más.






La soprano Adelina Patti (1843-1919) Wolfgang Amadeus Mozart, Don Giovanni, Acte I, "Batti, batti, o bel Masetto", Zerlina, Landon Ronald, piano. Gramophone Patti 03055 – Grabado en diciembre de 1905. © BNF.
















La soprano Emma Calvé (1858-1942). Georges Bizet, Carmen, Acte I, Habanera : "L’amour est un oiseau rebelle", con acompañamiento de orquesta. Gramophone Monarch 053118 – grabado en abril de 1907.














El baritono Jean Noté (1858-1922) Gaetano Donizetti, La Favorite, Acte II, "Pour tant d’amour", Alphonse XI, con acompañamiento de orquesta. Zonophone X-82474/5 – Grabado en 1906.

domingo, 1 de febrero de 2009

Ernesto Lozano: "Con P de Pop"


Tras 20 años de trabajo plasmando la vida social de México, el artista méxico-cubano, Ernesto Lozano, presentará su exposición de pintura "Con P de POP" el primero de febrero en la Galería José María Velasco.
Ernesto Lozano Rivero (Holguín, 1959)


Felicidades querido Ernesto!

Tejiendo mi infancia con Tejedor

Para Zoé: un "post" saca a otro...
Para mi madre, mis hermanas, tía Tania, tía Cary y mis primas.


Me abandonaste en las tinieblas de la noche
y me dejaste sin ninguna orientación
y con tus besos sepultaste aquí, en mis labios,
el dulce-amargo de la desesperación.


Así comenzaba, En las tinieblas, cada tarde, el programa musical de José Tejedor en Radio Progreso. Recuerdo que mi abuelo solía escucharlo diariamente de la misma manera que escuchaba La Voz de las Américas. Pero ese grueso y negro señor que escuchaba mi abuelo era un viejo amigo de la familia.


José Tejedor (1922-1991), mis hermanas Mariela (de pié), Siulen (en sus rodillas) y Yo. La Habana, 1974. © Javier de Castromori.
Siéndo yo muy pequeño, Tejedor, vecino de nuestro apartamento en los altos del cine San Miguel en la calle Reyes de Lawton, venía de vez en cuando a casa cuando se organizaba un sarao. Llegaba siempre en compañía de su inseparable falsete Luis Oviedo y este último a veces con su esposa. Una opípara comida bastaba para que la energía se apoderara de sus cuerdas vocales, tomara la guitarra y comenzara la "descarga". Casi todo el repertorio pasaba en una tarde que se alargaba hasta bien entrada la noche, y que nosotros, los niños, dejábabamos inconclusa porque nos llevaban a la cama.


Los tres hermanos y un primo. Yo de pié, en posición (1975). © Javier de Castromori.

Conocía, y aún conozco de memoria, casi todas las canciones de su repertorio: Pasión sin freno, Escándalo, Un siglo de ausencia, Llora corazón, Tú no mereces perdón, Como nave sin rumbo, Fantasma del ayer, Voy por el mundo, En el balcón aquel, sin olvidar Mi Magdalena, sobre todo cuanto el sarao se desplazaba a casa de Mama-vieja y tía Tania donde esta canción era una constante a causa de mi prima Malena (Maria Magdalena). Mi madre, en muchas ocasiones le hacía la segunda voz y él alababa su tono grave y su buena afinación.
Aquí les dejo con mi favorita: Escándalo.

Escándalo


Porque tu amor es mi espina
por las cuatro esquinas hablan de los dos
que es un escándalo dicen
y hasta me maldicen
por darte mi amor.

No hagas caso de la gente
sigue la corriente y quiéreme más
con eso tengo bastante
vamos adelante
sin ver qué dirán.

Si yo pudiera algún día
remontarme a las estrellas
conmigo te llevaría
a donde nadie nos viera.

No hagas caso de la gente
sigue la corriente y quiéreme más
que si esto es escandaloso
es más vergonzoso
no saber amar.